El pasado Día Internacional de la Mujer Trabajadora se celebró en las calles de Málaga con gritos cristófobos e incitaciones a la violencia contra los católicos.
Un grupo de feministas ultras sacaron en procesión la imagen de una vagina de un metro de altura, a la que llamaron "nuestra señora del chumino", y pasearon por el centro de Málaga parodiando oraciones y devociones cristianas, como el Ave María, burlándose de la Semana Santa e incitando a quemar la Conferencia Episcopal Española.
El pasacalles tuvo que contar con permiso municipal para atravesar el centro de la capital malagueña megáfono en mano y llevando una panoplia con la reproducción gigante, hecha en plástico, del órgano genital femenino.
No es la primera vez que se incita a la violencia contra los cristianos en los últimos años en España.
El anterior presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, hizo de la recuperación del rencor contra la mayoría católica uno de los ejes de su programa para cambiar la sociedad.
El episodio más reciente de estas semillas de odio sembradas en los últimos años fue el hallazgo y la desactivación por la Policía de una bomba de fabricación casera en uno de los confesionarios de la Catedral de Nuestra Señora de La Almudena, en Madrid, hace unas pocas semanas.
Ahora, con motivo del Día de la Mujer, los sectores más activos y fanatizados en la cristofobia vuelve a incitar a la violencia contra los católicos.
Lo ocurrido en Málaga no es un hecho aislado, sino una nueva tentativa de poner a prueba el Estado de Derecho en España, a ver hasta dónde ampara la libertad y la seguridad de los católicos.
Basta ya de este clima de intolerancia contra las convicciones religiosas y morales compartidas por millones de ciudadanos.
La libertad religiosa y de conciencia es uno de los derechos fundamentales de la Carta de Derechos del Hombre y de la Constitución Española.
En nuestro país, como en cualquier democracia, incitar al odio y la violencia por motivos religiosos es un delito.
La Fiscalía cuenta con abundantes documentos audiovisuales y testimonios de vecinos de Málaga que reaccionaron indignados ante la erupción vomitiva y zafia de ofensas y amenazas contra los cristianos, por parte de los radicales.
Las imágenes se han visto en varios canales de televisión.
Entonces,¿a qué espera el Ministerio Fiscal para investigar?¿Qué más necesita para amparar, de una vez por toda, el derecho fundamental a creer en Dios sin ser insultado ni agredido ni amenazado por ello?
Señor Fiscal de Andalucía, persiga las amenazas a católicos del pasacalles feminista en Málaga
Señor Jesús María García Calderón: el pasado 8 de marzo, con motivo del Día Internacional de la mujer Trabajadora, se celebró en la ciudad de Málaga un pasacalles convocado por feministas radicales, en el que se incitó a quemar a católicos. La amenaza y el odio por motivos de conciencia atentan contra derechos fundamentales y constituyen un delito. Dispone de suficientes documentos audiovisuales y testigos presenciales. Por favor, investigue y persiga estos graves hechos.
http://hazteoir.org/alerta/51043-firma-incitacion-quemar-cristianos-m-laga-qui-n-ampara-libertad-religiosa